Siempre que uno viaja para
visitar un país se plantea distintos lugares que son “importantes” de conocer.
Los sitios trascendentales del país, museos, catedrales, monumentos, entre
otras cosas. Pues a mí eso me agrada, pero nada como probar los alimentos
tradicionales del lugar visitado.
En mi reciente visita a
Estambul (Turquía) probar comida y ver monumentos históricos no fueron un
problema, ya que están por todos lados. Veamos, Estambul es hermoso; está lleno
de colores, de vida, de caos controlado (como lo definí), de religión, y
tristemente de turistas (me incluyo). Ahora bien comida no hacía falta ya que
hay puestos que te venden, elotes, helado, dulces, kebabs (como hamburguesas o
tortas), entre muchas otras cosas.
Por otro lado, lo que se me
antojaba y aparte para seguir “comersando”, era un restaurante turco. Pues
caminando por sus exóticas y extravagantes calles, encontré el “Restaurante
Mesale”. Bueno primero que nada tiene un decorado muy interesante. Hay sillones
tipo árabe en lugar de varias sillas y los utensilios para sentarse son como
para niños. Las mesas son bajas y eso afecta fuertemente a las personas que
sufren dolor de espalda (o sea a mi).
Una complicación es la
comunicación, ya que pues para mí fue imposible entender el turco (aunque un
idioma muy entretenido), ahora bien la mayoría de los lugares tienen
traducciones al inglés, aunque bastante malas. Pero las ganas que tenía el mesero por
entendernos y hacerse entender, fue suficiente para que fuera un gran servicio.
De aperitivo, aunque suene
extraño, te ofrecen fumar un dispositivo realmente extraño. Su nombre es la
“Nargile”, y se fuma un tabaco de sabores, mi elección fue el de sabor manzana.
Realmente una experiencia agradable y única, al igual que reconfortante.
Sentarte en los sillones de bebe y fumar ese aparato, fue realmente
satisfactorio.
Siguiendo con la comida, el
platillo principal fue el típico Kebab, aunque hay varios tipos de lo antes
mencionado, mi elección fue el “Urfa Kebab”. Un platillo bastante abundante,
colorido y que tenía un olor bastante agradable. El plato contenía verduras
asadas (tomate y berenjena), lechuga, col morada, algo parecido a un chile,
arroz y el famoso kebab (carne). Todo esto acompañado con las hermanas
simbólicas de las tortillas mexicanas.
Tristemente la mayoría de
las cosas no son como las pintan; es como cuando uno compra una película, libro
o CD porque la portada es bonita, y termina siendo una desgracia (quizá al
único que le pasen tremendas decepciones es a mi) . Realmente lamentable el
sabor, más bien ni tenía sabor, y las tortillas turcas parecían servilletas,
como cuando a un taco mexicano lo atascas de salsa.
Después de tremendo dolor,
siguió el postre acompañado del típico té turco. El postre se llama “baklava” y
es una combinación de hojaldre, con nuez, una salsa dulce y polvoreada con
pistache. Dios santo que bien sabía, es de esas veces que sientes que tu
mandíbula se aprieta y no se quiere abrir del sabor tan espléndido que ofrece
lo que acabas de insertar en la boca.
En realidad una travesía
recomendable para cualquiera que tenga la oportunidad de visitar el hermoso
Estambul. Por si gustan el restaurante Mesale se encuentra en la calle Arasta
Carsisi #45, Sultanhmet/Istambul, y su teléfono es el (0212) 5189562. Se ubica
debajo de la preciosa Mezquita Azul.