Uno siempre oye rumores de lugares
especiales en el mundo de todo tipo; para visitar, jugar, tomar fotos, nadar, y
por supuesto COMER. Todos estos “territorios” son difíciles de encontrar y de
igual manera es complicado llegar a ellos. Por suerte el restaurante “Mesón de
Cándido” tan solo estaba a una hora y media en “BUS” de mi actual localización.
Al saber esta increíble noticia emprendí
el viaje a un lugar hermoso, Segovia-España. Llegando había que caminar unos
pocos metros para encontrar el sitio deseado; una marcha realmente agradable,
ya que la comunidad es realmente hermosa, el otoño estaba en su máximo
esplendor, y se respiraba vida en el aire del momento. Cuando faltaban unos
cuantos pasos, se divisó el famoso “Acueducto”, una estructura realmente
impactante. Justo a su lado, como un acompañante fiel, se encontraba el famoso
y aclamado “Mesón de Cándido”.
Una fachada clásica y muy atractiva para
el visitante; al entrar preguntaron si había una reservación hecha, mi corazón
se paralizó en ese momento, como cuando una araña inmoviliza a su presa. Mi
reacción fue un “no” desesperanzador, pero el señor dijo que no había problema
y se abrieron las puertas sin ningún contratiempo (un poco de suspenso es
interesante). Por dentro tenía una luz amarillenta que le daba un estilo
contundente, estaba lleno de antiguas fotografías, al igual que adornos de
épocas antiguas españolas.
Los meseros estaban todos “trajeados” y
sobretodo muy amables; la mesa daba directo al Acueducto, lo que le dió un gran
sentimiento a la futura experiencia. Ya emocionado y viviendo el gran “rumor”,
se ordenó un platillo famoso de entrada, que por nombre tenía, “setas a la
segoviana”. Estaba mirando alrededor, cuando el platillo ya estaba en la mesa,
una rapidez que en mi corta experiencia culinaria jamás se había visto. El
fervor fue tal que casi grito, pero contuve la calma y observe el delicioso manjar
que tenía enfrente. Un olor y color especial añadían un toque magnífico al
sabor único de las setas. De igual manera tenían como colegas pedazos de tocino
y especies de sus acompañantes. Una verdadero y auténtico deleite para un
corazón con hambre.
Para continuar con esta gran realidad, se
ordenó el platillo especial del establecimiento, “Cochinillo Asado al estilo Cándido”.
En cuestión de minutos llegó velozmente el lechón listo para prolongar el gran
“festival” que estaba viviendo en esos instantes. El cochinillo estaba
realmente suave y su piel crujiente, con un olor penetrante y un sabor eficaz. Al
finalizar con el manjar, seguía el postre; debo confesar que en varios lugares
típicos me han decepcionado de manera importante su repostería, y tenia miedo
de que esta “fiesta” fuera parecida.
Lo más increíble de todo es que en ese
momento, el dueño Don Cándido ( pariente del Cándido original), comenzó un
ritual que se hace en su restaurante, donde expresa sus honores impuestos por
el rey Juan Carlos de España. De igual manera con un plato corona su platillo
el cochinillo asado, lo parte con el mismo para demostrar su suavidad, y para
finalizar, avienta el plato para que reviente el público emocionado. Una
verdadera experiencia culinaria, entretenida, ancestral, y con una excelente
compañía que no voy a olvidar.
El precio del cochinillo es de 21,60€,
que los valen toditos, es como entrar al teatro nada más que con diferente espectáculo.
Mesón de Cándido se encuentra en la calle Azoguejo, 5, Segovia, 4001, España,
Tel. 921425911 y 921428102.
En conclusión comer a un costado del
Acueducto, ver la ceremonia de un caballero hacia un cochinillo y comer con
princesas, hacen de esto un momento para recordar. Los dejo con una frase del
mismo lugar:
Increíble redacción.!! tuve la suerte de compartir con el gran autor de este blog.!! recomendadísimo el "Mesón de Cándido.! y la compañía tambien!!
ResponderEliminarMe encanta como me introduzco en la lectura y saboreo cada una de las palabras... Gracias por hacerme sentir ahí!!
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