Hay días donde uno sale de su casa o del lugar donde vive para caminar, comprar, entre otras cosas. Pues yo en lugar de hacer todas esas cosas extrañas, salgo a la caza de restaurantes. En esta ocasión subiendo por una avenida me encontré con un restaurante con un nombre que me atrajo bastante, así como hay animales que conquistan a sus presas. El nombre es El Manantial, sin duda algo que suena bastante interesante (aparte que decía que tenían menú).
El Manantial existe desde el
año 1920; un restaurante de estructura típica de España, con su “bar” para
tapas y en el fondo con sus mesas para la gente normal. Algo que me agradó es
que la zona donde pides a la carta tenía poco gente y eso es más cómodo para mi
persona.
Al llegar el mesero, que tenía
cara de “no te quiero atender hoy”, le pedí el menú para escoger mis platillos.
Me informó (delicadamente por cierto) que en la noche no tenían ese servicio, y
yo me le quedé viendo con cara de “gracias por perder mi tiempo, seguro en mi
blog no sales”. Al final creo que le importó no ser mencionado en mi blog y me
ofreció un menú.
Me ofreció una tapita de
ensalada de papa, que estaba bastante normal, pero tampoco se puede pedir mucho
de una cucharada de la que les dan a los bebés. Siguiendo, de primero pedí una
“Sopa Gallega”, que en teoría es tradicional en España; principalmente se basa
en una mezcla de espinaca, papa, haba y tocino. Tenía un sabor agradable y me
hizo olvidar prejuicios que estaba teniendo del lugar.
De segundo pedí un platillo
llamada “Magreta”; más que nada se trataba de carne de puerco en un tipo de
salsa fuerte, quizá con condimentos desconocidos por el hombre. En realidad
estuvo bastante regular, y la ensalada que venía de guarnición no le ayuda a
subir unos peldaños extras. La verdad ni yo cocino tan mal como el sabor del
platillo.
Cuando por fin terminé el
sufrimiento tan desagradable de comer ese platillo, siguió el postre. Pedí lo
que me recomendó el mesero (no había cometido tal error desde que pensé que los
azotadores eran bonitos y se podían tocar), lo cual no me desagradó ya que eran
natillas y esas me encantan. Pues la decepción fue tan fuerte y sabían tan mal que
entendí porque estaba vacío el restaurante y las tapas estaban a reventar.
En conclusión el servicio
fue lamentable, pero eso se puede corregir si la comida es buena. Tristemente
solo lo empeoró e hizo que algo que amo fuera una experiencia angustiosa, y
realmente no puedo creer que lleven tanto tiempo abierto. Pero bueno siempre te
encuentras con cosas como éstas, y sin duda no volveré y no se los recomiendo.
De todos modos si quieren ver y comer mal El Manantial se encuentra en la
C/Tetuán, 30, Madrid, España y su teléfono es 915233062 (para llamar a la
policía).