El cocido madrileño es un plato típico de
España (valga la redundancia), un plato absolutamente majestuoso y con un porte
de verdadera realeza alimentaria. No hay mejor sitio para comerlo que en un
lugar típico de la ciudad. Por eso mis amigos y mi persona fuimos transportados
al restaurante “Casa Carola”.
Un lugar clásico, pequeño y en donde uno
tiene que hacer reserva con anticipación, por la gran demanda que genera. Al
sentarnos en nuestros respectivos puestos nos dieron un “babero”, que me
pareció bastante curioso y original. De igual manera e instantáneamente, ya
teníamos comida en la mesa. Como me puedo explicar, cuando algo así pasa en la
vida, lo único que uno puede hacer es aplaudir o llorar, hice las dos cosas.
Primero dan una “tapa” de croquetas de
jamón, que estaba bastante buena y enseguida te sirven el caldo del cocido con
fideos. El platillo estaba realmente fabuloso, simple, pero rico, agradable
para el paladar. Es el típico caso de algo sencillo que destaca, el
“subestimado”.
Cuando llegó el segundo plato, reviví las
clásicas batallas del oeste; observándolo despacio, con las miradas en un punto
de suspenso inesperado, el ambiente tenso y sobre todo, el olor. El aroma que
me paralizó, y en ese preciso instante, comenzó una batalla tan pareja, como
exquisita.
Llegó el plato principal que contenía una
buena dotación de garbanzos, verduras (zanahoria, puerro y papa) y carne mixta
(cerdo, pollo y res). Era monumental y por el mismo lado apetitoso. Todo tipo
de colores, olores y sabores, como en un ejercito con su caballería, arqueros y
peones. Realmente delicioso y con una cantidad de producto
Interminable.
Si lo leyeron bien, no pude con tal
calidad de rival, aunque fue una batalla digna de mencionar en los libros de
historia, fui derrotado por el cocido madrileño. Pero por otro lado, lo disfruté
tanto, que quizá sea la única vez que no me queje de perder un mano a mano.
Siguió una degustación de postres que no
le prestaron el mínimo respeto al platillo principal y decepcionaron un poco,
cosa sin importancia. Un digestivo típico llamado “orujo” para calmar las
heridas del enfrentamiento.
El lugar es realmente recomendable; muy
agradable, extraordinario servicio y rápido, y por supuesto la comida
excepcional. Ahora bien no es para cualquiera, se tiene que ir con las
siguientes herramientas: hambre, estómago vacío, actitud y sobre todo
concentración. El precio de todo lo mencionado es de 22 euros (IVA incluido)
por persona, sin bebidas.
La Casa Carola es un extraordinario
restaurante que cumple con todo lo deseado por “Comersando”. Por obra de algo
divino hay en existencia dos locales en Madrid; “Casa Carola” c/ Padilla, 54 en
el barrio de Salamanca con el Telf. 914019408, y “Casa Carola II” c/ Víctor
Andrés Belaunde, 6 Semi-esquina con c/ Serrano 215 con el Telf. 914583159.
Wow.!! se ve muy bueno aunque si tu no pudiste con la batalla, menos yo.. pero lo probaré sin duda algún día.!!
ResponderEliminarA probarlo se ha dicho
ResponderEliminarAcuérdense de machacar los garbanzos y las verduras con el tenedor y echar aceite de oliva al gusto. Una de las formas tradicionales de comerlo es hacer ésta mezcla de todo y llevar a la boca las verduras trituradas junto con la carne, así me lo enseño mi abuela ( :
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